jueves, 19 de junio de 2014

GUIA PARA EL DESARROLO DE LA ACCION VIRTUAL SOCIALMENTE RESPONSABLE

REGISTRO FOTOGRÁFICO BANCO DE ALIMENTOS:










Encuesta -Impacto de propaganda de sensibilización contra el hambre-

Presentación Prezi





PLANEACIÓN DE LA ACCIÓN SOCIALMENTE RESPONSABLE :REALIZADO POR LUIS EFREN BELTRÁN HERREÑO






Entrevista al Director del Banco de Alimentos realizada por los estudiantes de desarrollo social contemporáneo grupo 1




Melky Giovanni Acevedo Pacheco Secretario Leidy Johanna Aguasaco Fonseca Líder Jenny Alexandra Altamirano Maya Jenny Paola Amaya Ávila Luis Efren Beltrán Herreño

Es hora de una nueva imaginación de la Caridad[1]
Entrevista a Daniel Saldarriaga Molina
Director del Banco de Alimentos de Bogotá
 Por: Leidy Johanna Aguasaco Fonseca
Comunicación Social Uniminuto.
Daniel Saldarriaga Molina desde muy joven quería ser sacerdote, dice él que desde tercero de primaria ya tenía ese deseo. Este año cumple 25 años de sacerdocio, Párroco actual de la parroquia San Maximiliano Kolbe y director del Banco de Alimentos de la arquidiócesis de Bogotá, que atiende alrededor de 135 mil personas, de los cuales cerca del 70% son niños, un 8% adultos mayores y el resto entre discapacitados, madres cabeza de familia, indígenas, afro descendientes, o adultos que no han podido encontrar una oportunidad de trabajo.
Me recibió con un caluroso abrazo, su buen semblante se mantiene como en aquella época en que lo conocí, años atrás cuando yo tenía 12 años en la parroquia Madre de la divina Gracia del barrio Tibabuyes de la localidad de suba. El padre Daniel siempre ha sido muy querido por la comunidad y desde que lo conozco siempre ha mostrado sus dotes como administrador y gerente, y es por eso que hoy en día el Banco de Alimentos se perfila como la entidad más importante en asistencia alimentaria de la Ciudad de Bogotá. Pero una gran obra siempre tiene un comienzo y por eso le pregunto lo siguiente:
¿Por qué nace la idea de un Banco de Alimentos? A lo que él responde con una sonrisa y muy receptivo al ser escuchado
– En la navidad del año 2000 se le ocurrió al Papa Juan Pablo II invitar en un documento al inicio del nuevo milenio, con dos cifras que alarmaban al mundo: había suficiente capacidad para producir alimentos para todos, pero en el mundo había 800 millones de personas sin seguridad alimentaria –. Y recitando de memoria las palabras del Papa dice: – “Es la hora de una nueva ‘imaginación de la caridad’, que promueva no tanto y no sólo la eficacia de las ayudas prestadas, sino la capacidad de hacerse cercanos y solidarios con quien sufre, para que el gesto de ayuda sea sentido no como limosna humillante, sino como un compartir fraterno” –.
Pero para poder gestionar una obra tan grande se necesita de un lugar para seguir contribuyendo a la alimentación de muchas personas que se benefician día a día del banco de alimentos por eso le pregunto ¿Cómo el banco de alimentos logró tener un lugar para trabajar por esta obra?
A lo que él responde con un ánimo efusivo:
–En la navidad del 2000 cuando comienza la obra, yo voy a conocer la experiencia de Medellín y Cali dándonos cuenta que necesitábamos un sitio para hacer este trabajo, el cardenal aceptó prestarnos una bodega donde empezar a trabajar. Hacia el 2005 ya no cabíamos, y se dio la posibilidad de hacer la adquisición de una nueva bodega de 4500 metros cuadrados, en el momento en que la estábamos buscando nos encontramos con dos cosas geniales, y es q el grupo Pepsi Co que había comprado Papas Margarita tenía estas bodegas sin uso y nos hizo un apoyo muy especial y junto con un grupo de empresarios nos dieron un capital semilla, Colmotores nos donó el último Chevrolet Spring ensamblado en Colombia para rifarlo y tener recursos adicionales. Varios benefactores bajo la tutela siempre del arzobispo de Bogotá hemos ido haciendo el banco, hoy en día hay 90 empleados y se han movido cerca de 110 mil toneladas de productos en lo largo de estos 12 años. Tenemos a la academia que se nos convirtió en un buen aliado y nuestro cliente son las empresas, las organizaciones donde están queriendo contar con el banco para llegar a poblaciones en estado de vulnerabilidad con productos que no favorecen la cultura de mendicidad, sino que están al servicio de una dinámica social donde le ayudamos a mejorar la condición de vida a las personas más necesitadas–.
¿Cuáles fueron las primeras empresas que se vincularon a la labor social?
–Dos grandes aliados al principio fueron Don Gonzalo Restrepo y Don Arturo Calle, con almacenes Éxito y Arturo Calle con sus tiendas que nos sigue donando, ahí se nos unió Colanta (La cooperativa lechera de Antioquia), Colombina. La primera donación que recibimos fueron cinco camiones gigantes de productos Colombina, yo todavía no había empezado el banco, pero en enero de 2001, ellos en Cali hablaron con el Cardenal Pedro Rubiano, arzobispo en ese momento, y nos dieron una cantidad de productos y las repartimos muy rápido. Se nos unió muy desde los comienzos, Cafam, Cadenalco, luego Don Samuel Azout con el formato Carulla y por esa época también Carrefour y el 11 de septiembre del 2001 se nos entró Alkosto, era el día en que caían las torres gemelas, por eso recuerdo la fecha precisa–.
Cuando empezó a crecer el banco de alimentos, ¿usted se imaginó la magnitud de cómo podría llegar a ser?
–No lo imaginábamos, claro que yo fui a conocer el proyecto de Medellín y estaba muy bien y Cali era un proyecto maravilloso. Después con las personas de Cali, con Doña Elvira Sarasti, con Elvira Guerrero y con un señor Roberto Ortiz y con Monseñor Edgar el obispo hoy de Palmira, nos fuimos a conocer la experiencia de México porque Medellín aprendió de México, Cali había conocido mucho de México pero no personalmente, y fuimos a conocer el banco de alimentos de Guadalajara y era gigantesco, allí nos comentaron que habían otros bancos, comenzamos a curiosear y tuve la oportunidad de ir a los Estados Unidos y desde 2007 somos miembros de la red global, y estamos con bancos de alimentos de 36 países, cerca de 1200 ciudades, desde el 2010 más o menos empezamos una asociación en la que están integrados los bancos de alimentos del país y ya estamos 19 bancos de 18 ciudades de Colombia que estamos haciendo este ejercicio–.
Me dio curiosidad el logo del banco y le pregunto al padre Daniel sobre su significado:
–El logo nace de un maestro en ese arte que es el Docto. Dickens Castro, un arquitecto de los más eminentes de los últimos años en Colombia. El logo representa los cinco panes que hacen la cruz y los dos peces que son el milagro de la multiplicación, de la cual nos habla en el evangelio, que cuando Jesucristo sintiendo el hambre de la gente que le acompañaba, quiso no solamente hacer los milagros que ya venía haciendo, sino también darles de comer–.
Desde su sacerdocio, ¿qué mensaje le da a la juventud respecto del funcionamiento y vinculación con el Banco de alimentos?

– El papa Juan Pablo II hace unos años empezó a insistir mucho en que le volvamos la mirada a la juventud, desgraciadamente la realidad social en la que nos movemos ha hecho que nos separemos en la capacidad de apreciarnos en las diferentes edades y en las diferentes generaciones. Hoy en la juventud hay una sensibilidad muy grande, hay un deseo de ayudar y compartir. El año pasado más de 1400 estudiantes que visitaron el banco vinieron con el propósito de averiguar qué es lo que pasa con el banco, su visita sirvió para que ellos pudieran saber qué pasa con las donaciones recibidas y dónde terminan los productos que aquí llegan. La responsabilidad del Banco de alimentos no sólo es la de entregar comida sino de hacer un seguimiento por parte de la entidad a las personas que se benefician–.
¿Cómo es la gestión de acercamiento y afiliación de las fundaciones con el banco?
–Tenemos una coordinación social que se encarga de la vinculación de las organizaciones, tenemos trabajadoras sociales que hacen visitas y seguimiento para confirmar que las fundaciones tienen las poblaciones que aseguraron tener, y si se está prestando el servicio que dijeron que iban a prestar. Aquí le ayudamos a todo el que llega, aunque solo le entregamos producto a quienes nos aseguren que este está amarrado a una mejor condición de vida, fundaciones ya reconocidas que nos demuestren en el seguimiento que aprovechan el producto antes de que expiren, sin entrarlos en la cadena comercial y sin volverlos productos amarrados o a ideologías o a sectarismos, garantizando mínimos de higiene y buen trato. Alrededor del 20% de las organizaciones que trabajan con nosotros están categorizadas como no católicas–.
Después de más de 40 minutos de conversación el padre Daniel sigue ejerciendo sus labores y firmando papeles y dando instrucciones que comprometen a la entidad con la ayuda para la comunidad, me despido de él con la invitación a volver. No sin antes tomar onces con los empleados y colaboradores, nadie aguanta hambre allí, se ve el amor por ayudar, todos ríen y de mi parte puedo decir:
¡Es hora de una nueva imaginación de la caridad!

  • Melky Giovanni Acevedo Pacheco  Secretario
  • Leidy Johanna Aguasaco Fonseca Líder
  • Jenny Alexandra Altamirano Maya  
  • Jenny Paola Amaya Ávila 
  • Luis Efren Beltrán Herreño 


[1] Frase del papa Juan Pablo II en el comienzo del nuevo milenio que quedó y permanecerá grabada en los colombianos a través del Banco de Alimentos

PROPAGANDA DE SENSIBILIZACIÓN FRENTE A LA PROBLEMÁTICA DEL HAMBRE




miércoles, 18 de junio de 2014



¿Qué son los bancos de alimentos?

Los Bancos de Alimentos son Organismos sin ánimo de lucro que trabajan en pro de la Seguridad Alimentaria de los países donde operan. Reciben alimentos excedentarios de comercios, empresas o particulares, para su debida distribución entre población necesitada. Con ello se reduce el despilfarro de alimentos, se promociona el espíritu solidario y los valores humanos y culturales necesarios para resolver la humillante contradicción entre excedentes de alimentos y pobreza.


De esta manera, los Banco de Alimentos contribuyen a reducir el hambre, promoviendo la solidaridad y la participación de particulares o compañías que creen en la importancia de aportar a esta causa.


A nivel mundial en el año de 1967, en la ciudad de Phoenix Arizona, USA, el señor Jhon Van Engel creó el primer Banco de Alimentos del Mundo.





¿Cuales es la función de los bancos de alimentos?


Para hablar con mayor exactitud, éstos se alían con empresas y personas naturales, las cuales les donan alimentos con cercana fecha de caducidad, o también, aportan económicamente a la suma por alimentar el futuro. En estos términos, cada una de las compañías les proporcionan los recursos necesarios, para que el Banco de Alimentos funcione y beneficie a las instituciones o fundaciones que apoyan a este tipo de grupos marginales, en especial, a niños de bajos recursos, personas de la tercera edad y madres gestantes y lactantes.

Es importante destacar que a las instituciones beneficiarias los bancos de alimentos les realizan seguimiento, para garantizar que éstas a su vez estén donando los alimentos y lleven un control minucioso de sus poblaciones atendidas.

Además, otro mecanismo de ayuda que se ha implementado en los bancos de alimentos, es el voluntariado, a través del cual personas ceden su tiempo y brindan apoyo para atender a las necesidades del funcionamiento de cada uno de ellos.
De esta manera, existen diferentes mecanismos de colaboración en cada uno de los bancos de alimentos, con el fin de afianzar su desarrollo y consolidación.



En Colombia



• 3 niños menores de 5 años mueren al día por desnutrición.


• El 8% de los niños nacen con bajo peso.


• Por Desnutrición Crónica, el 13,2% de niños menores de 5 años sufre retraso en crecimiento.


• En Desnutrición Crónica, Colombia se encuentran por debajo de México.


• Ecuador y Perú, ocupando el tercer lugar de las más bajas entre 12 países latinoamericanos.


• 20% de los menores de edad en Colombia sufren maltrato, o algún tipo de violencia.


• Por departamentos las más afectadas por desnutrición crónica se encuentran en:


La Guajira (11,2%), Magdalena (6,8%), Chocó (6,3%) y Amazonas (5,8%) – ENSIN 2010.


• De cada 100.000 niños en el país 257 son víctimas fatales de causas asociadas con la 
desnutrición.






http://www.co.undp.org/content/colombia/es/home/mdgoverview/overview/mdg1/



¿COMO VA COLOMBIA CON ESTOS OBJETIVOS?

Los últimos cálculos emitidos por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) sobre pobreza nacional y departamentales 2012 en Colombia, han mostrado que las tendencias decrecientes tanto de la incidencia de pobreza como de pobreza extrema se han mantenido en el país un año más.

En 2012 el país tiene un porcentaje de población en situación de pobreza de 32,7% y en pobreza extrema de 10,4%, hace una década estos indicadores estaban respectivamente en 49,7% y 17,7% y en el 2011 estaban en 34,1% y 10,6%. Si se tienen en cuenta dichas tendencias y el promedio de reducción de la pobreza anual se mantiene, se puede decir para ambos indicadores el país cumpliría las meta que se establecieron en los documentos CONPES anticipadamente en 2014 (28.5% y 8.8% respectivamente)




http://www.co.undp.org/content/colombia/es/home/mdgoverview/overview/mdg1/

Entrevista realizada por el Tiempo

El sacerdote que alimenta a 120 mil personas en Bogotá
El padre Daniel Saldarriaga, impulsor del Banco de Alimentos, quiere llegar a 500 mil en 2021.
Distribuyendo alimentos a través de 700 organizaciones sociales, el Banco de Alimentos de Bogotá llegó esta semana a la cifra de las 100.000 toneladas de comida distribuidas en 12 años de trabajo.
En diálogo con ELTIEMPO.COM, el padre Daniel Saldarriaga, quien reparte su tiempo entre esta labor y la parroquia San Maximiliano Kolbe, contó que uno de los promotores de este tipo de ideas en Colombia fue el asesinado monseñor Isaías Duarte Cancino, en Cali.



¿Cómo empezó el Banco de Alimentos de Bogotá?
En la Navidad del 2000 el cardenal Pedro Rubiano me invitó a que le ayudara con el Banco de Alimentos de Bogotá, que ya existía en Medellín y en Cali. En esos días el papa Juan Pablo II lo invita a ser parte del Colegio de los Cardenales.
Yo no sabía nada de bancos de alimentos. En Colombia estaban en Medellín y en Cali pero eran un hecho que nadie conocía. Cuando yo le cuento a uno de mis hermanos, él me dice que el que dirige el Banco de Alimentos de Medellín, que es el padre Juan Diego Ruiz, fue el sacerdote que estuvo dictándoles el curso matrimonial y se hicieron amigos.
Conseguí una cita con él y me voy a conocer Medellín.
¿Y qué encontró en Medellín?
Dicen que hay gente muy inteligente que es capaz de inventarse las vainas y que hay otros, que somos un número grande también, que no podemos ser tan inteligentes pero que somos capaces de fusilar ideas buenas y a mí me tocó la oportunidad de fusilarla. Medellín era una maravilla, la iniciativa era muy chévere. Comencé a hablar con ellos y me quedé un par de días y conocí su junta directiva y su génesis.
Allí, en manos de algunos laicos, comenzaron a traer un método para hacer las cosas como las hacían en Guadalajara (México).
¿Cómo es el antecedente mexicano en bancos de alimentos?
En ese país empezaron por el año 1985 los bancos de alimentos porque un muchacho, Ricardo Gómez Chavarría, quien había estudiado producción agrícola en Canadá, le dijo al encargado de la Cáritas de Guadalajara que quería donarle alimentos para la gente más pobre. Le contestaron que esto no era posible porque al pobre en México le regalaban lo que está dañado, lo que no sirve o lo que tuvo algún problema.
¿Qué solución hallaron allí para superar esto?
Comenzaron a ahondar y a tejer con mucho más cuidado la idea y a pensar cómo llegar con esos productos a la gente más necesitada, pero sin regalárselos. Los mexicanos tenían lo que se llama el aporte solidario o una cuota de recuperación. La iniciativa fue muy chévere. Hoy en día México tiene más de 70 bancos de alimentos y logran salvar una cantidad muy grande de productos.
Comenzaron a desarrollar la iniciativa sin conocer nada de afuera y empezaron a acercarse a algunos agricultores y a las cadenas comerciales y después a compartir la experiencia con otras ciudades.
¿Y cómo vincularon directamente a las grandes tiendas?
Un tiempito después una prestigiosa tienda, que está por el sur de Estados Unidos, llegó a Monterrey y se estableció por el norte de México. Empezaron a traer esas tiendas y a pensar en un proyecto social, y entonces y la cadena les propuso a algunos empresarios manejar los productos que no alcancen a vender haciendo que les lleguen a los que no los pueden comprar y juntan dos iniciativas muy buenas: lo que estaba haciendo Guadalajara y lo que se estaba haciendo con Second Harvest, que es la segunda cosecha y que son los bancos de alimentos de los Estados Unidos.
¿Cómo se estaba manejando el bando de alimentos de Cali?
Allí un grupo de personas laicas también le llevaron el mártir monseñor Isaías Duarte Cancino una iniciativa para hacer un banco de alimentos y trajeron ideas de Guadalajara. Monseñor Duarte Cancino fue quien lo empezó y en esa iniciativa están Elvira Guerrero y Sofía Sarasky y ellas dos comenzaron a ver a la idea.
Monseñor Duarte Cansino estuvo muy entusiasmado y México pues también les transfirió parte de la manera de hacerlo. Cali comenzó a trabajar muy bien y Medellín también y alrededor de ellos van a empezar otros bancos de alimentos.
¿Qué ideas se trajo entonces para Bogotá?
Nosotros empezamos en el 2001. Cuando yo empiezo y veo todo lo que logran Medellín y Cali me traigo 97 vainas buenísimas y hubo tres con las que no comulgué muy bien desde el principio. Las primeras sirvieron para arrancar de fondo con una fundación independiente donde el presidente era y sigue siendo el Arzobispo de Bogotá y en la que los empresarios se sientan en una mesa y nos dicen por dónde mirar y hacia dónde querer llegar con el banco de alimentos.
¿Qué tan útil es esa mirada del sector privado en el propósito del Banco de Alimentos de Bogotá?
De pronto esa mirada de los empresarios y el sector privado es muy bondadosa porque nosotros vivimos en un país donde la industria y los empresarios le han puesto norte a muchas cosas. Entonces comenzamos a considerar que la iniciativa debería hacerse apuntándole a 3 temas que deben ser muy claros. Ví que la academia debía jugar un papel importante, los jóvenes que están en la última etapa de formación en las universidades son muy sensibles y socialmente muy comprometidos. A ellos les duelen las realidades que viven aquellos que no tiene satisfechas sus necesidades básicas, entonces nos acercamos a las universidades.
¿Con quién más cuentan?
Nos acercamos también a los almacenes de gran formato y a la industria, que tenían excelentes productos que se acercaban a sus fechas de vencimiento, afectados por presentación, destacados de baja rotación, productos que en algún momento ellos deciden que le lleguen de manera ordenada a poblaciones en estado de vulnerabilidad sin que afecten sus cadenas comerciales, y nos acercamos a organizaciones que estaban atendiendo a estas poblaciones.
¿Quiénes conforman estas organizaciones sociales?
Nuestras ciudades tienen lo que llama la Universidad de los Andes los famosos ‘emprendedores sociales’ y estos son gente humilde, gente sencilla que en un barrio pobre comienza a pensar en darle a 4 niños el almuercito, comienza a pensar en 6 niños, comienza a llegar a 10 niños y cuando menos piensa tiene 80 niños y 40 ancianos.
La señora de esa organización es una mujer buena que tiene a su esposo trabajando en celaduría por la noche, es una camelladora que volvió la iniciativa una oportunidad para ayudarle a mucha gente necesitada y esa señora está en Patio Bonito, por ejemplo, son afrodescendientes, son unos verracos.
Tenemos también monjitas en muchos sectores de la ciudad que tiene unos proyectos buenísimos amarrando temas de educación y otros en los que se han acercado a las familias y hay todo un trabajo de tejido con esa familia para que no se contribuya la mendicidad sino que apostemos a colocarle barreras al hambre y a la pobreza.
¿Qué tiene de malo regalar los alimentos?
Lo malo de regalar es que no genera una cultura distinta a la de la mendicidad de la que hemos dependido desde hace mucho tiempo y por la que no hemos podido superar mucho de la pobreza. En estos días en EL TIEMPO se decía que con lo que se ha dado de subsidios a la agricultura se había podido construir, sobrado, el metro de Bogotá, y ni una cosa se ha hecho bien ni la otra tampoco. Qué bueno ser capaces de soñarnos con empresas y proyectos en los que podamos de verdad darle la mano al que lo necesita.
Nuestro agro no se desarrolla bien porque no ha tenido unos subsidios que no tienen que ser regalados, que podrían ser apalancamientos para tener acceso a conocer de una manera distinta cómo desarrollar nuestro agro, pero lo que tenemos es que nuestros campesinos cosechan en minifundios y tienen cinco intermediarios antes de que un producto llegue a la mesa de una casa y el campesino es al único al que no le va bien y es el que recibe el menor valor.
¿Cómo es lo del aporte solidario en los bancos de alimentos?
El aporte solidario es que los productos que a nosotros nos donan tienen, para que nuestras organizaciones nos hagan sustentables a nosotros, un valor del 10 por ciento del valor comercial, y esos recursos nos están permitiendo hoy día tener un equipo de 82 empleados, unas bodegas de 4.500 metros cuadrados, más los 1.000 metros del parqueadero, tener unas 700 organizaciones vinculadas mediante las que más de 120.000 personas comen cada día. Cuando vemos que aquí hay 7 millones y medio larguitos de personas en Bogotá, más cerca de un millón y medio o dos que están alrededor pues estas 120.000 personas son muy poquitas.
Hay cálculos de que puede haber cerca de 1’500.000 personas sin seguridad alimentaria y aunque hay quienes hacen noticia de la superación de la pobreza en la capital y del logro de mayor capacidad nuestra gente en la capital, todavía cuando nos vamos a algunos sectores hay mucha gente que no tiene seguridad alimentaria ni puede de verdad despertarse de esa soberanía alimentaria, como la FAO está pidiéndonos.
¿Cuántas toneladas de alimentos han recogido hasta ahora?
En la feria de Colombia Responsable contamos que llegamos a 100.000 toneladas en doce años de trabajo. Hemos trabajado despacio. Estas 100.000 toneladas equivalen a 100 millones de kilos de productos con los que podríamos preparar 300 o 400 millones de raciones de comida.
Queremos aumentar porque hoy día sentimos que llegamos a 120.000 personas pero nuestra meta es llegar en el 2021 a 500.000 personas y hoy día estamos moviendo al año alrededor de 10.000 toneladas de productos, pero tenemos un país y una ciudad en los que hay mucho producto que no se alcanza a comercializar y que termina desechándose y se desperdicia y se vuelve un problema de basuras.
Qué bueno poder hacer un ejercicio integral en el que mostremos que no contribuimos con la mendicidad sino que estamos generando una nueva cultura, la cual está amarrada a dinámicas en las que las personas más necesitadas, además de darles de comer, se les mejoran sus condiciones de vida y en la que muchos, como los muchachos de la academia y los voluntarios, se suman para hacer posible una gran cadena en la que seamos más felices sintiendo que podemos ayudar a otras personas, no solamente dando monedas o regalando lo que se nos dañó o lo que sobra, sino ayudando a que les llegue de manera eficiente y responsable.


JUAN FRANCISCO VALBUENA G.
REDACCIÓN POLÍTICA